¿Qué son los ajetes y por qué son especiales?
Los ajetes, también conocidos como ajos tiernos, son simplemente ajos recolectados antes de que el bulbo se desarrolle por completo. Tienen un sabor suave, lo que los convierte en una opción deliciosa para quienes prefieren un toque menos fuerte de ajo en sus platos. Durante su cultivo, crecen rápidamente y son muy fáciles de manejar en el huerto, como bien lo experimenté cuando sembré mis propios ajos hace unos tres meses.
La cosecha de estos ajos tiernos es sencilla, ¡y la satisfacción de verlos crecer es increíble! Si te das cuenta de que el grosor del tallo ha alcanzado un tamaño algo mayor que el de un dedo, ya es momento de cosechar. Esto fue justo lo que hice cuando, después de ver que mis ajetes estaban listos, simplemente los tiré del tallo con un poco de fuerza, ¡y salieron perfectamente!
Propiedades nutricionales
Además de ser deliciosos, los ajetes son muy nutritivos. Contienen fibra, potasio e inulina, que son beneficiosos para la flora intestinal y para la salud en general. Al igual que el ajo maduro, tienen propiedades antioxidantes y son una buena fuente de vitaminas, lo que los hace ideales para incluir en tu dieta diaria. Esto también lo confirmé mientras cultivaba mis ajos tiernos, pues no solo crecían sin demasiada atención, sino que, una vez cosechados, su sabor era realmente increíble.
Cómo cultivar ajetes en casa
El cultivo de los ajetes es sencillo y requiere pocos cuidados, tal como lo experimenté en mi huerto urbano. Si tienes inviernos lluviosos, prácticamente no necesitarás regar, y si vives en una zona más seca, solo es cuestión de regar un par de veces por semana. Con tres meses de espera, ya puedes cosecharlos.
Ver cómo cada tallo crece desde los dientes que plantamos y recolectarlos poco a poco conforme los necesitas es una satisfacción enorme. Y si los cultivas por primera vez, te aseguro que disfrutarás tanto del proceso como de la cosecha.
Usos culinarios
A nivel culinario, los ajetes son extremadamente versátiles. Se pueden consumir crudos, en ensaladas, o cocidos. Personalmente, me encanta hacer tortillas con ellos, ¡el sabor es espectacular! Pero también los puedes añadir a guisos o salteados. En resumen, una vez que empieces a utilizarlos, te darás cuenta de lo prácticos y deliciosos que son en la cocina.
Si aún no has probado a cultivar tus propios ajetes, te animo a hacerlo. Es una experiencia gratificante que, en solo tres meses, te permitirá disfrutar de una cosecha abundante de ajo tierno. Y una vez que los tengas, experimentarás su sabor suave, perfecto para diversas preparaciones. ¡El esfuerzo es mínimo y la recompensa es enorme!