La siembra del ajo en Aceuchal no es solo una actividad agrícola, es una tradición que ha pasado de generación en generación, contribuyendo al sustento económico de muchas familias y posicionando a esta localidad extremeña en el mapa internacional del cultivo del ajo. Este proceso, que tiene raíces profundas en la historia local, sigue siendo esencial para la vida en Aceuchal, donde el ajo es mucho más que un simple producto.
Tradición y legado familiar en el cultivo del ajo
Desde tiempos remotos, la siembra del ajo ha sido un pilar fundamental para las familias de Aceuchal. Como comentaba Francisco, uno de los productores locales, este conocimiento ha pasado de su abuelo a su padre, y hoy a él y su hermano, con la esperanza de que las futuras generaciones continúen con esta labor. «Esto es tradición, viene de mi abuelo, luego mi padre lo trabajó, y ahora lo estamos llevando nosotros. Nos gustaría que lo que viene detrás siga con este negocio», decía Francisco mientras mostraba con orgullo los campos de ajo.
La continuidad de esta tradición no solo es una forma de vida para las familias de Aceuchal, sino que también ha permitido mantener una calidad constante en el cultivo. El ajo que se produce en Aceuchal es conocido por su tamaño y sabor, y esto es algo que no se puede improvisar. «Por lo que yo calculo, unas 9 o 11 dientes puede haber en una cabeza de ajo de las grandes», compartía un visitante sorprendido al ver el calibre de los productos que se cultivan en la zona.
El proceso de siembra: un trabajo artesanal
El ciclo de siembra del ajo en Aceuchal comienza con un proceso artesanal en el que la mano de obra local tiene un papel fundamental. En la cooperativa, donde Francisco y su equipo trabajan, el trabajo empieza por desgranar las cabezas de ajo para preparar la semilla. «Estamos en el principio de la cosecha, ahora nos dedicamos a desgranar el ajo para llevarlo a la siembra», explicó Francisco mientras recorría las instalaciones.
En este momento, un grupo de mujeres se encarga de desgranar los ajos a mano, seleccionando cuidadosamente los dientes según su tamaño. «Las mujeres aquí llevan años trabajando, como Ana, que lleva más de 10 años desgranarando ajos. Y aun así, después de todo el día, siguen llegando a casa y preparando ajo para la cena», comenta con humor Francisco. El trabajo es constante, y la dedicación de las personas involucradas se refleja en la calidad del producto final.
El ajo de Aceuchal: calidad de exportación
Uno de los factores que ha elevado el perfil del ajo de Aceuchal es su gran calidad, destacándose por sus calibres más grandes como el Jumbo y el Elefante, variedades reconocidas tanto a nivel local como internacional. «Este ajo, el calibre gordo, se clasifica por tamaños y se conoce como Jumbo. Luego tenemos el Elefante, que es el mejor de todos», explicaba Francisco mientras mostraba las semillas listas para la siembra.
El mercado del ajo en Aceuchal no se limita a España. De hecho, una gran parte de la producción se exporta a países como Portugal y otras regiones de Europa, lo que ha convertido al ajo de Aceuchal en un producto internacionalmente reconocido. «Nos dedicamos mucho a la exportación hacia Portugal y Europa. El ajo de Aceuchal se consume en toda Extremadura, pero también ha llegado a mercados internacionales, lo que nos llena de orgullo», comenta Francisco.
Retos actuales para los productores de ajo
A pesar del éxito y la tradición, los productores de ajo en Aceuchal enfrentan retos importantes. En los últimos años, la competencia internacional ha aumentado considerablemente, especialmente por el crecimiento de la producción en países como Brasil. Esta situación ha generado preocupación entre los productores extremeños, que temen que el mercado local pierda fuerza ante la avalancha de ajo extranjero.
Sin embargo, la calidad del ajo extremeño sigue siendo su mayor defensa. «El ajo que producimos aquí no tiene comparación, su sabor y tamaño son únicos», afirma Francisco. Esto les ha permitido mantener su presencia en el mercado, a pesar de la creciente competencia.
Innovación y futuro de la siembra del ajo en Aceuchal
El futuro del ajo en Aceuchal parece estar asegurado, gracias al esfuerzo conjunto de productores y cooperativas que buscan innovar sin perder de vista la tradición. Cooperativas como la Cooperativa Extremeña de Ajos de Aceuchal están invirtiendo en maquinaria y procesos que permitan aumentar la producción sin sacrificar la calidad. «Tenemos planes de expansión, estamos trabajando para abrirnos a nuevos mercados internacionales y seguir creciendo como empresa», asegura Francisco.
El ciclo de siembra sigue siendo un proceso lento y cuidadoso, que puede tomar entre ocho y nueve meses desde la preparación de la semilla hasta la cosecha final. «Durante todo este tiempo, nos aseguramos de que las semillas se sequen correctamente, que todo esté listo para la siembra y que cada paso del proceso se realice con el mayor cuidado», explica Francisco.
La siembra del ajo en Aceuchal es mucho más que un proceso agrícola; es una tradición rica en historia, que une generaciones y que ha logrado posicionar a este pequeño pueblo extremeño en el mercado internacional del ajo. Con la combinación de técnicas artesanales, una calidad inigualable y una comunidad comprometida, Aceuchal sigue siendo un referente en la producción de ajo.
Los desafíos existen, pero la pasión de productores como Francisco y su familia aseguran que el ajo de Aceuchal seguirá siendo un producto de excelencia. Desde el desgrane de las semillas hasta la exportación a otros mercados, el ajo de Aceuchal tiene un futuro prometedor, y su tradición perdurará por muchos años más.